La mayoría de las
personas en algún momento de su vida han experimentado la presión del estrés
asociada al trabajo. Incluso aunque tengamos la suerte de disfrutar con nuestra
labor cualquier empleo puede presentar elementos estresantes.
El estrés se define
como un conjunto de reacciones físicas y mentales que sufre el trabajador
cuando se ve sometido a diversos factores externos, que superan su capacidad
para enfrentarse a ellos.
En realidad, el estrés
es una respuesta fisiológica natural del ser humano, pues actúa como un
mecanismo de defensa que prepara a nuestro organismo para hacer frente a
situaciones, que presentan un nivel de exigencia superior o que se perciben
como una amenaza. El problema se da cuando esta respuesta natural del organismo
se activa en exceso porque los estímulos, al ser demasiados, sobrepasan el
límite de la persona y se prolongan en el tiempo hasta causar problemas de
salud en la persona que lo sufre.
La APA (American Psychological Asociation-
Asociación Americana de Psicología) identifica una serie de factores que suelen
darse en el lugar de trabajo y que pueden desencadenar estrés laboral tales
como: percibir un bajo salario, soportar cargas de trabajo excesivas, pocas
oportunidades de crecimiento dentro de la empresa, trabajo poco estimulante,
falta de claridad y demandas contradictorias, falta de control en las tareas o decisiones,
entre otros.
Síntomas
de estrés laboral
En la organización:
Absentismo,
elevada tasa de rotación de personal, falta de puntualidad, problemas de
disciplina, acoso, disminución de la productividad, accidentes, errores y
aumento de los costes de indemnizaciones o de atención sanitaria.
En la persona:
- A corto plazo:
dolor de cabeza, dolor de espalda, problemas de sueño, irritabilidad, falta de
concentración, agotamiento, problemas familiares, etc.
- A largo plazo:
ansiedad, depresión, insomnio, enfermedades cardiovasculares, debilitamiento
del sistema inmunológico, etc.
Además de estas reacciones
fisiológicas, cognitivas y emocionales también se presentan alteraciones
conductuales (consumo de drogas, alcohol y tabaco; comer en exceso o poco, etc.),
que agravan aún más el problema.
Con el fin de aprender
a manejar el estrés laboral de forma que no perjudique su salud, existen una
serie de recomendaciones las
cuales detallamos a continuación:
- Identifique
aquello que le estresa en el trabajo.
Utilice un diario durante una semana o dos para identificar qué situaciones le
crean más estrés y cómo responde a ellas. Registre sus pensamientos,
sentimientos e información sobre el ambiente, incluyendo las personas y
circunstancias implicadas, la situación física y cómo reacciono. Esta
técnica puede ayudarle a identificar patrones de estrés y factores
desencadenantes.
- Desarrolle
respuestas saludables. En vez de intentar combatir
el estrés con comida, alcohol, etc. elija opciones saludables cuando sienta que
sube su tensión. Hay diversos métodos saludables que puede llevar a cabo para
combatir el estrés: realizar ejercicio físico, dejar tiempo para disfrutar de
sus aficiones o aquello que más le gusta hacer, crear hábitos de sueño sanos,
etc.
- Establezca
límites. En el actual mundo de las nuevas
tecnologías es fácil sentirse angustiado ante la posibilidad de estar disponible
las 24 horas del día, por ello es fundamental que establezca límites entre vida
profesional y personal. Esto podría significar no consultar el e-mail desde
casa o no contestar al teléfono horas después de terminar la jornada laboral.
Fijar límites claros entre la vida laboral y personal reduce el estrés asociado
a los posibles conflictos de conciliación.
- Tómese
un tiempo para descansar. Para evitar los efectos
negativos del estrés crónico y el cansancio laboral necesitamos tiempo para
recuperarnos y volver al nivel de rendimiento anterior al estrés. Este proceso
de recuperación requiere “desconectar” de la actividad laboral cuando no se
está trabajando. Siempre que sea posible tómese su tiempo para descansar y
relajarse.
- Aprenda
a relajarse. Los ejercicios de respiración
profunda, las técnicas de meditación, etc. pueden ayudarle a liberar estrés. Comience
con unos pocos minutos cada día para centrarse en una actividad simple como la
respiración, caminar o disfrutar de una comida. La habilidad de ser capaz de
centrarse de forma consciente en una única actividad sin distraerte se volverá
más fuerte con la práctica y descubrirá que puede aplicarla en muchos aspectos
diferentes de su vida.
- Hable
con su jefe. Los empleados saludables suelen ser
más productivos por lo que su jefe tiene en este sentido un incentivo claro
para crear un ambiente de trabajo que promueva el bienestar de los empleados. Empiece
por establecer una conversación abierta con su jefe. El propósito no es
presentar una lista de quejas sino comenzar con un plan eficaz para controlar
aquellas situaciones de estrés que haya identificado para poder realizar mejor
su trabajo.
- Consiga algunos apoyos. Contar con la ayuda de amigos de confianza y miembros de la
familia puede mejorar su capacidad para manejar el estrés. En su empresa podrían
existir recursos para controlar el estrés como por ejemplo un programa de
prevención de riesgos laborales en el que se incluya un protocolo de actuación
sobre el estrés laboral con información, consejos y casos en los que se
aconseja la derivación a profesionales de la salud mental, si fuera necesario.
Si a pesar
de seguir las pautas indicadas continúa sintiéndose sobrepasado por el estrés
laboral, se recomienda acudir a un profesional de la psicología para ayudarle
a manejar el estrés y cambiar el comportamiento no saludable.
Mª Concepción Torres
Gutiérrez
Psicóloga
Col: Nº AN-07028