“Desde el momento que entré a clase, me sentí impresionado como ante un acontecimiento extraordinario. Estaba ahí, pero me sentí ausente; reaccioné como un autómata .Cuando me dieron la hoja con el tema de examen, mi corazón latía deprisa, tenía calor en las mejillas, mis manos temblaban...Estaba sorprendido por estas reacciones porque había preparado bien el examen y en general había hecho un buen curso académico. No había entonces ninguna razón para sentirme así .Leí y releí la pregunta del examen como si no la llegara a comprender .La había estudiado y sabía que era capaz de desarrollarla, pero nada, estaba bloqueado, tenía la sensación como cuando uno entra a su casa una noche cualquiera, abre la puerta y descubre que todas las instancias de la casa están vacías, despojadas de todos los objetos familiares ¡es una sensación terrible que cuesta trabajo aceptar y creer! En aquel momento mi bloqueo se coinvertía en pánico. Empecé a pensar en los resultados, en las consecuencias de no conseguir el objetivo, fallarle a mí mismo, a los demás. No me lo podía permitir,..Empecé a escribir de forma automática algunas ideas o algo parecido, banalidades que me venían a la cabeza... Cuando empecé a encontrarme mejor después de algunos momentos, me di cuenta de que decenas de minutos preciosos ya habían desfilado delante de mis narices. Descubrí que apenas quedaba tiempo y que quedaba todo por desarrollar. El darme cuenta de ello ya no arreglaba nada. Ahí está el peor resultado, la peor nota, el fracaso…” Relato de un estudiante en un examen.
En efecto, sometiéndonos a la evaluación de otros nos expone al riesgo de no estar a la altura de lo que se espera de nosotros. En este sentido, los exámenes son estresantes entre otras cosas por la amenaza que pueden suponer a nivel del propio autoconcepto. Algunas personas aprovechan esta adrenalina para mejorar su rendimiento y resultados en los exámenes, mientras otros experimentan una excesiva ansiedad que les hace incapaces para funcionar .Como estado de tensión asociado principalmente al el miedo al fracaso, la ansiedad de evaluación o performance si es excesiva puede convertirse en una ansiedad patológica a largo plazo. De hecho, muchos examinadores, psicólogos y profesores consideran la ansiedad y tensión descontrolada como una las causas importantes de fracaso en los exámenes, incluso cuando uno se ha preparado seriamente, no estaría a salvo del bloqueo que paraliza bruscamente el funcionamiento intelectual. Los conocimientos flotan como o en una niebla. La memoria no es más que un inmenso agujero negro...Sin fondo. Cuanto más importante es el examen para uno, más vulnerable estará ante ansiedad. La ansiedad ante los exámenes o “test anxiety” puede definirse como” una reacción emocional que el sujeto presenta en una situación en la cual son evaluadas sus aptitudes. La característica definitoria de tal reacción es la preocupación recurrente por el posible fracaso o mal rendimiento en la tarea y sus consecuencias aversivas para la autoestima, minusvaloración social, y pérdida de algún beneficio esperado “(Gutiérrez Calvo y Avero 1995).
La ansiedad en los exámenes, es un fenómeno que puede afectar a cualquiera y que puede presentarse a cualquier edad. Algunos autores estiman que el 15 al 25% aprox. de los estudiantes presentan ansiedad antes los exámenes. (Escalona y Miguel-Tobal 1992).De igual modo se considera la ansiedad ante los examines como uno de los factores asociados al fracaso escolar debido a su efecto negativo en el rendimiento. (Cano Vindel y Miguel-Tobal 1996). Queda patente la relación entre la ansiedad y el rendimiento académico. Tanto sus consecuencias como los factores responsables en la adquisición de la misma varían en función de múltiples factores:
- Rasgo de ansiedad del sujeto; sentimiento de seguridad y autoconcepto.
- Experiencias previas; Preparación y hábitos de trabajo (planificación.).
- Competitividad; Características del sistema educativo.
- Importancia de la prueba para el examinado (examen parcial, final, oposición);
- Factores ambientales (Aula desconocida, tipo de instrucciones, tiempo disponible, etc.) ,entre otros.
De ahí surge la necesidad y el interés por la implementación de programas de intervención para hacer frente al problema de ansiedad ante los exámenes para facilitar la labor académica en los estudiantes.
Desde una perspectiva especialmente preventiva, en los últimos años se han desarrollado diversos programas de intervención psicológica con niveles de eficacia considerables tanto para controlar la ansiedad ante los exámenes como para mejorar el rendimiento. En estos programas, habitualmente se dota a los estudiantes de un conjunto de técnicas como: la relajación., desensibilización sistemática, técnicas de estudio, reconstrucción cognitiva, resolución de problemas y autoinstrucciones (Morris et Kratochwill, 1991) para hacer frente a la ansiedad en los exámenes. Dichos programas se llevan a cabo preferentemente de forma grupal para reducir los costes y fomentar la motivación de los participantes pero también se pueden aplicar de forma individual.
Mohammed Jamil El Bahi
Psicólogo/ Psicoterapeuta
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