Hoy en día la
función del logopeda va siendo comprendida y conocida por la sociedad. No es
sólo ayudar a un chico a la mejora de la dicción de un fonema como
habitualmente se ha creído. El logopeda trata a pacientes con problemas muy
distintos, igual puede tratar a pacientes que tienen una dificultad para
comunicarse con el entorno por discapacidades, como ayuda a profesionales de
distintos ámbitos que trabajan con la voz, caso de profesores o locutores de
radio o televisión por poner dos ejemplos simples.
La función de
la logopedia es clara, mejorar la calidad de vida de los pacientes que tienen
problemas y no son capaces de superarlos por ellos mismos.
Podemos hablar
de una gran multitud de casos en los que la logopedia es muy importante.
Pongamos algunos ejemplos:
-
Demencia. Son pacientes, generalmente, de una edad
avanzada con los que el tratamiento logopédico quiere mejorar y mantener la
función dañada. Trabajo y compenetración paciente-logopeda.
- Tartamudez. Marca mucho la vida de quien la padece. El
éxito aquí depende en gran medida de la confianza que se consiga con el
paciente. Debemos trabajar con el paciente para que crea en lo que se trabaja,
para que no se vea superado por su problema de comunicación. Tenemos que ayudar
a que el paciente controle la situación y para ello es muy importante que
adquiera confianza.
- Disfagia. Tratamiento largo. Hay que desarrollar con el
paciente la deglución, algo que está automatizado generalmente. Cuando no se produce esta función en el paciente es necesario
un trabajo continúo para desarrollarla con diferentes trabajos de relajación,
postura y de desarrollo de la musculatura afectada. Lo fundamental en el
tratamiento es la confianza paciente (familiares de pacientes en muchos casos)
para poder desarrollar una función autómata.
Estos tres ejemplos de pacientes
con problemas de origen muy distintos tienen un vínculo. El tratamiento
logopédico está basado en la confianza entre profesional, paciente y entorno
del paciente.
El trabajo de cada sesión debe
ser continuado por los pacientes y en algunos casos por sus familiares, ya que
ser persistente es fundamental para mejorar el problema logopédico tratado,
cuyo objetivo es fácil: Facilitar la comunicación con el entorno.
Inés de León Martín
Neurologopeda
Col: 29/0944
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