Nuestra
vida se desarrolla en una relación constante con el entorno físico y con los
demás y, parte de nuestra felicidad, va a depender de lo buena o mala que sea
esa relación directa con los demás. Pero la manera que tenemos de relacionarnos
con los otros es algo que nadie nos ha enseñado, sino que lo hemos aprendido a
lo largo de nuestro desarrollo personal. Ese aprendizaje es el que nos hace
comunicarnos de manera adecuada o el que nos impide mantener unas relaciones
sociales óptimas.
Hay
tres formas básicas de comportamiento: el sujeto asertivo (expone honestamente
sus sentimientos y opiniones libremente, sin dejar de tener en cuenta sus
derechos y sin pisotear el respeto por los demás), el agresivo (expresa sus
deseos, sentimientos, etc. sin respetar el derecho de los demás a ser tratados
con respeto) y el tímido o inhibido (no respeta su derecho a exponer sus ideas,
necesidades, deseos, sentimientos y opiniones). No obstante, es importante
mencionar que nadie es puramente agresivo ni tímido, es decir, nuestro
comportamiento puede variar dependiendo de la situación y de la persona con la
que estemos interactuando.
En
toda comunicación hay un componente verbal (qué decimos) y otro no verbal (cómo
lo decimos) del que nos es imposible deshacernos. La parte “no hablada” se
compone de la mirada, la expresión facial, la postura corporal, los gestos y
los componentes paralingüísticos (tono de la voz, volumen, claridad, fluidez,
etc.) entre otros.
La
timidez es una sensación de incomodidad que experimenta la persona cada vez que
se expone a situaciones sociales y que le impide disfrutar de sus relaciones y
desarrollar sus habilidades interpersonales. Suelen ser personas retraídas que
no se comunican con los demás por miedo a las consecuencias o a la respuesta de
los otros. La base principal es una baja autoestima y una baja seguridad en uno
mismo que dificulta nuestro grado de confianza y nos hace sentir débiles ante
los demás, tener miedo a ser criticados o descatalogados y probablemente todo
está basado en la actitud de los padres durante la infancia, en una necesidad
de perfeccionismo o en una exigencia personal muy elevada.
Lo
más conocido cuando hablamos de timidez es la persona que se sonroja cuando
habla con otros, la que tartamudea, la que evita mirar a los ojos, suda en
situaciones sociales o la que no puede hablar en público, pero la timidez
abarca muchos otros factores.
Problemas
que genera la timidez
Entre
los principales problemas que genera la timidez podemos encontrar: Reducción de
su rendimiento o posibilidades escolares y laborales; Dificultades para
conseguir amigos o pareja; Dificultades para comunicarse adecuadamente o
defender sus derechos y abuso del
alcohol o las drogas.
En
la mayoría de los casos la timidez no pasa de ser una característica de
personalidad que influye, en mayor o menor medida, en las relaciones de la
persona pero que no afecta de manera grave a su salud psicológica. Sin embargo,
existen ocasiones en las que el problema puede evolucionar a un trastorno
psicológico (fobia social, depresión, etc.), aspecto que trataremos en otro
artículo.
¿Cómo
superar la timidez?
A
continuación te ofrecemos una serie de pasos que te ayudaran a vencer la
timidez:
Determina
la razón por la cual te muestras tímido ante los demás. Analiza las situaciones
en las que aparece tu timidez, qué síntomas físicos notas, que situaciones o
personas te hacer sentir incómodo y cuáles no.
- Identifica tus puntos fuertes. ¿Qué te gusta de ti mismo? ¿Qué se te da bien?, etc. Apréciate más a ti mismo y deja de etiquetarte y compararte negativamente con los demás.
- Es importante perder el miedo a equivocarte. Todos nos equivocamos de vez en cuando, lo importante no es acertar siempre sino aprender de nuestros errores.
- Infórmate cuando tienes miedo a dar una respuesta incorrecta. Cuando dominamos el tema del que estamos hablando estaremos más tranquilos al hablar sobre él.
- Exponte a aquellas situaciones que te hacen sentir tímido. Cuanto más acostumbrados estemos a las situaciones que nos provocan nerviosismo y estrés, menos tímidos nos sentiremos cuando esas situaciones vuelvan a presentarse.
- Presta atención a la parte positiva de la situación en vez de pensar en la parte negativa. Al pensar en todo lo que podría salir bien (imaginar las consecuencias positivas para la situación que nos produce malestar), nos sentiremos más motivados para abordar la situación como deseamos.
- Avanza poco a poco, practicando con las personas más cercanas para luego llevarlo a la práctica en otros contextos y con otros sujetos.
- Deja de anticipar las consecuencias negativas. Si dejas de pensar en todo lo que podría ir mal, te permites disfrutar de todo lo que podría ir bien.
Dado
que la timidez es un comportamiento que en su mayor parte es aprendido, al
igual que hemos aprendido a ser tímidos podemos aprender a superar ese miedo e
incomodidad y abrirnos a la sociedad.
Terapias
psicológicas contra la timidez
La
terapia que se ha revelado como la más completa y eficaz en el tratamiento de
la timidez es la cognitivo-conductual. Esta corriente concibe el problema como
la suma de los pensamientos, emociones y conductas de la persona y trata de
estudiar y mejorar todos esos aspectos. Las técnicas que utiliza son las
siguientes:
- Modelado
- Práctica y refuerzo
- Mejora de la autoestima
- Entrenamiento en habilidades sociales
- Pensamiento positivo
- Técnicas de control de la ansiedad
- Desensibilización sistemática
- Exposición
Utilizando
estas técnicas y poniendo de tu parte motivación y empeño, podrás convencerte
de que la timidez puede ser superada y notarás que tu ansiedad disminuye, que
te encuentras más seguro de ti mismo y que tus relaciones interpersonales
mejoran notablemente.
Actividades
que te ayudaran a superar la timidez
Además
de las técnicas que hemos mencionado, existen actividades que puedes practicar
y que te pondrán en situación de conocer a gente, aumentar tu autoestima y tu
seguridad en ti mismo.
- Actividades creativas. Busca entre tus cualidades qué actividad creativa podrías practicar. Practicar cualquiera de estas actividades te permitirá integrarte en un grupo, entrenar cualidades de las que sentirte orgulloso y encontrar algo en lo que destacar, lo que aumentará tu seguridad.
- Apúntate a clases. Seguro que hay algún tema que te interesa y del que te gustaría saber más. Lo importante es que conocerás gente nueva con tus mismas inquietudes y que los conocimientos que adquieras te ayudarán a aumentar tu autoestima.
- Únete a un gimnasio. Si tienes cualidades o intereses físicos, los gimnasios son lugares en los que podrás relacionarte con personas que compartan esos mismos intereses. Además, mejorarás tu físico, lo que aumentará tu seguridad, y el ejercicio regular te ayudará a reducir la ansiedad.
- Pasea. Si el gimnasio no te apetece, dar un paseo todos los días también te servirá. Te ayudará a sentirte más activo y reducirá tu ansiedad.
- Aficiones. Busca y práctica alguna actividad que te permita desarrollar tus cualidades, divertirte y sentirte especial.
Sea
cual sea la actividad que elijas, lo importante es que te diviertas, que salgas
de la rutina y aproveches tus cualidades.
Mª
Concepción Torres Gutiérrez
Psicóloga
Col:
Nº AN-07028
1 comentarios:
Excelente artículo compañera
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