Trastorno de Aprendizaje
(TA) es un término genérico que hace referencia a un grupo heterogéneo de
entidades que se manifiestan por dificultades en el aprendizaje de las
habilidades académicas, particularmente en la lectura, cálculo y expresión
escrita. Dichas dificultades interfieren
significativamente en el rendimiento escolar, obstaculizando el adecuado
progreso del niño/a y la consecución de las metas marcadas en los distintos
planes educativos.
A
pesar de que suelen presentarse conjuntamente con alteraciones en el
funcionamiento del sistema nervioso central, los TA no son el resultado de un
retraso mental asociado, de una deficiencia sensorial o de un trastorno
emocional grave. Estos trastornos surgen de alteraciones en los procesos cognoscitivos.
Es probable que exista alguna alteración biológica secundaria, sin embargo, lo
que los caracteriza es que el déficit se plantea en un área muy concreta
(lectura, cálculo, etc.)
El TA es una condición permanente que interfiere
en la vida escolar del niño/a, porque crea una disparidad significativa entre su
verdadero potencial y el rendimiento académico.
Los déficits académicos pueden potenciar la
vulnerabilidad del sujeto a manifestar otros problemas en áreas como la social (carencias en las habilidades
sociales y de interacción social, relaciones conflictivas con personas
significativas), la personal (baja
autoestima), y la conductual (agresión,
conducta antisocial).
La
prevalencia de estos trastornos arroja cifras dispares según los distintos
estudios; no obstante, se estima que entre 5 y el 10% de todos
los niños/as en edad escolar, lo que sugiere que entre uno y tres niños/as por aula
tienen dificultades de aprendizaje. Además del total de personas con TA, el 80%
tienen dificultades en el aprendizaje de la lectura. Estas alteraciones son más
frecuentes en niños que en niñas.
Signos
de alarma
Es en la escuela
infantil o cuando inicia la educación primaria cuando se empiezan a sospechar
estas dificultades. Los padres comienzan a oír frases como «es un poco lento»,
«necesita mejorar su psicomotricidad», «se despista mucho», «no está bien
lateralizado».
Educación infantil (0-6
años)
Lenguaje:
- Problemas de
pronunciación, habla ininteligible.
- Dificultad para entender
órdenes sencillas.
- Dificultad para
entender preguntas.
- Desarrollo lento en la
adquisición de palabras y/o frases.
- Dificultad para
expresar deseos o necesidades a través del lenguaje oral.
- Dificultad para rimar
palabras.
- Falta de interés en
relatos o cuentos.
Motricidad:
- Torpeza en motricidad
gruesa (como correr, saltar).
- Equilibrio pobre.
- Torpeza en la
manipulación fina (como atarse botones o ponerse los zapatos).
- Evitación de
actividades como dibujar, hacer trazos, etc.
Desarrollo cognitivo:
- Problemas en memorizar
los días de la semana, el alfabeto, etc.
- Problemas para recordar
las actividades rutinarias.
- Dificultades en la
noción causa-efecto, en contar y secuenciar.
- Dificultades en
conceptos básicos (como tamaño, forma, color).
Atención:
- Alta distraibilidad,
dificultades para permanecer en una tarea.
- Hiperactividad y/o
impulsividad excesiva.
Habilidad social:
- Problemas de
interacción, juega solo.
- Cambios de humor
bruscos.
- Fácilmente frustrable.
- Rabietas frecuentes.
- Repetición constante de
ideas, dificultad para cambiar de idea o de actividad.
Educación primaria (6-12
años)
Lenguaje:
- Dificultad para
aprender la correspondencia entre sonido/letra.
- Errores al leer.
- Dificultades para
recordar palabras básicas.
- Inhabilidad para contar
una historia en una secuencia.
Matemáticas:
- Problemas para aprender
la hora o contar dinero.
- Confusión de los signos
matemáticos.
- Transposición en la
escritura de cifras.
- Problemas para
memorizar conceptos matemáticos.
- Problemas para entender
la posición de los números.
- Dificultades para
recordar los pasos de las operaciones matemáticas.
Motricidad:
- Torpeza, pobre
coordinación motor.
- Dificultad para copiar
en la pizarra.
- Dificultad para alinear
las cifras en una operación matemática.
- Escritura pobre.
Atención
- Dificultades para
concentrarse en una tarea.
- Dificultades para
terminar un trabajo a tiempo.
- Inhabilidad para seguir
múltiples instrucciones.
- Descuidado,
despreocupado.
- Rechazo ante los
cambios de la rutina o ante conceptos nuevos.
Habilidad social.
- Dificultad para
entender gesto o expresiones faciales.
- Dificultad para
entender situaciones sociales.
- Tendencia a
malinterpretar comportamientos de compañeros o adultos.
- Aparente falta de
“sentido común”.
Educación secundaria
(12-18 años)
Lenguaje:
- Evita leer o escribir.
- Tendencia a perder
información cuando lee un texto.
- Comprensión lectora
pobre, dificultad para entender los temas leídos.
- Pobreza en las
redacciones orales y/o escritas.
- Dificultad para
aprender idiomas extranjeros.
Matemáticas:
- Dificultades para
entender conceptos abstractos.
- Pobre habilidad para
aplicar destrezas matemáticas.
Atención/Organización:
- Dificultades para
organizarse.
- Problemas en tareas de
elección múltiple.
- Trabajo lento en clase
y en exámenes.
- Pobreza al tomar notas.
- Pobre capacidad para
corregir su trabajo.
Habilidad social:
- Dificultad para aceptar
críticas.
- Problemas para negociar.
- Dificultades para
entender el punto de vista de otras personas.
Clasificación
La tipología establecida por el Manual Estadístico de Trastornos
Mentales (DSM-IV) ha sido la siguiente:
Trastornos del
aprendizaje:
- Trastorno de la lectura
- Trastorno del cálculo
- Trastorno de la expresión escrita
- Trastorno del aprendizaje no especificado
También son etiquetados
como:
- Trastorno de la lectura o dislexia.
- Trastorno del cálculo o discalculia.
- Trastorno de la expresión escrita o disgrafía.
Tratamiento
La
identificación temprana de la situación y el tratamiento eficaz y continuo
ayudan al estudiante a superar esta barrera y a llevar una vida académica y
emocional normal. Por
ello es importante que se realice un diagnóstico oportuno, el cual será el
primer paso para obtener resultados positivos y una clara mejoría en el
rendimiento escolar.
No puede generalizarse
sobre la evolución de los TA pues dependerá de la severidad del trastorno, edad
a la que se diagnostica y trata, tipo y duración del tratamiento, presencia o
ausencia de problemas asociados de otro tipo y soporte escolar y familiar que
el niño/a tiene. Si se les proporciona la ayuda adecuada, los niños/as con
trastornos del aprendizaje pueden tener éxito en la escuela y en la vida.
Mª Concepción
Torres Gutiérrez
Psicóloga
Col: Nº
AN-07028
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